¿Alguna vez has dudado de si eres la persona indicada para cumplir las metas y sueños que te has trazado? ¿Y piensas que es muy difícil de lograrlos a pesar de tener las herramientas correctas?
No te preocupes, la realidad es que la mayoría de personas solemos sentirnos así, incluso aquellos que hemos trabajado sin descanso en nuestro conocimiento y habilidades técnicas.
La ventaja es que hoy en día he aprendido una lección muy importante respecto a esto y te la describiré contándote una anécdota muy reciente que puso a prueba mi mentalidad.
Estos últimos días he tenido la oportunidad de convivir en Guatemala junto a la extraordinaria familia de un gran amigo y emprendedor. Él ha participado en eventos de alta resistencia física como el triatlón ”Ironman”, en donde los participantes tienen que cubrir 3 pruebas extremas: natación en mar abierto, ciclismo (ascensos y descensos) y carrera a pie (maratón).
Y justo ayer decidimos su esposa, él y yo, subir el Volcán Acatenango para observar el increíble espectáculo de la actividad volcánica del Volcán de Fuego que está justo enfrente. El recorrido a pie es de más de 14 kilómetros, en un camino empinado con grava suelta, angosto y con el peligro de cometer un error y caer a los precipicios que rodean gran parte de los caminos hacia el volcán. Se dura más de 8 horas subir y bajar, sin contar los descansos que se deben hacer en medio del frío de la montaña.
Como puedes imaginar, no es un trayecto sencillo y en mi caso particular, llevaba varios meses de no hacer ejercicio de forma regular, tal y como lo hice hace 2 años. Así que tenía dudas de la capacidad en mis piernas para aguantar el recorrido, y además, llevaba más de 10 años de no subir una cúspide de casi 4000 metros de altura.
Tanto mi amigo como su esposa nunca habían subido este volcán, así que estábamos muy ilusionados por vivir la experiencia en conjunto. Sin embargo, no dimensionamos lo duro que sería subir y bajar. Mi mente comprendió, desde las primeras horas, que esta experiencia no sería nada comparado con las que he tenido en el pasado. En fin, no tenía la certeza de que mi cuerpo lo soportaría, pero había algo que seguía motivando: mi fuerza de voluntad.
Todos tenemos el poder de hacer cosas extraordinarias que pueden parecer imposibles para nuestra mente, y aunque hacerlo no suele ser algo satisfactorio en el proceso, una vez que lo logras y llegas a la cima, tú mismo te demuestras que no has explorado ni el 30% de tu verdadero potencial humano.
Sé que todos quisiéramos un camino y ruta clara hacia nuestras metas, donde caminar por la vida sea agradable y placentero, pero de ser así, nunca experimentarás la poderosa sensación de logro y realización personal que cada persona merece vivir al menos una vez en su historia.
Como podrías esperar, subir y bajar el volcán no fue fácil para ninguno de nosotros, pero lo logramos a pesar de todo el reto físico, mental y espiritual que conllevó. Y debido a ello, ahora los 3 compartimos ese impresionante recuerdo que ningún dinero del mundo es capaz de comprar.
Gracias por haberme acompañado durante esta aventura diaria de alcanzar 366 «notas de valor» (una para cada día del año, incluyendo años bisiestos), para mí este reto ha sido una increíble revelación sobre mi propósito en este mundo y espero de corazón que también hayas recibido el valor que necesitabas para tu camino hacia la cima.
Un fuerte abrazo, que Dios bendiga tus sueños y metas, y nunca pares desafiar tu fuerza de voluntad.
Nos vemos muy pronto.