Si llevas un tiempo conociéndome, sabrás que para mí es fundamental realizar auto-retos para mejorar tanto a nivel personal como profesional. Algunos de los retos en los que más me he enfocado incluyen trabajar en la lectura, aprender nuevos idiomas y mejorar habilidades, como la fotografía, la programación y la comunicación. También he incorporado el ejercicio y otros desafíos que, poco a poco, me han impulsado a salir de mi zona de confort.
Uno de esos retos, que siempre ha estado en paralelo, es crear una rutina diaria que contemple varios aspectos importantes en la vida de cualquier persona. Esto significa que, en un solo día, pueda organizar mi tiempo para leer, aprender algo nuevo, dedicarme a las comidas, meditar, hidratarme y, en general, establecer horarios específicos para mis buenos hábitos. Sin embargo, muchas personas, incluyéndome, tendemos a hacer esto sin tener claro el objetivo final de mantener esa rutina a lo largo del tiempo. Es ahí donde, conforme avanzamos en la rutina, se vuelve insostenible y terminamos abandonándola.
En mi caso, he rediseñado mi calendario de Google en varias ocasiones para acomodar distintas actividades a horas específicas diarias, dejando también espacios para reuniones y temas relacionados con mis proyectos personales y de clientes. Y con ello he llegado a la conclusión de que la única manera de mantener rutina perfecta es tener un objetivo claro que las respalde. Debe haber un norte bien definido hacia el cual quieres avanzar con esos hábitos.
Por ejemplo, he logrado mantener la constancia en el aprendizaje del italiano durante más de dos años gracias a que tengo la meta de ir a Italia y pasar varios meses allá. Este objetivo está relacionado con mis raíces, ya que mi bisabuelo era italiano y siento una conexión personal con el país. Por tanto, antes de ilusionarte con crear una rutina estricta—algo que me ha pasado y que también he visto en otras personas que se interesan en hacer calendarios similares al mío—, te sugiero que no lo hagas solo porque parezca que es algo positivo para tu vida. Primero, define cuál es la meta a largo plazo que esa rutina te ayudará a alcanzar, una meta que realmente tenga sentido para tu corazón.
Cuando la meta y el objetivo están claros, la rutina cobra sentido de manera consciente e inconsciente, y es más probable que logres mantenerla a lo largo del tiempo. Es decir, si sabes que ese hábito te ayudará a llegar a donde quieres estar, será más fácil sostenerlo.
Actualmente, mi último cambio ha sido levantarme todos los días a las 4 de la mañana. Es algo que intenté en el pasado y solo mantuve por un mes, aunque durante ese tiempo experimenté un gran beneficio en productividad. Sin embargo, en ese momento, no era lo adecuado porque había aspectos de mi vida que me llevaban a acostarme más tarde de lo deseado. Hoy, he trabajado en tener más foco en mi vida, lo que me permite controlar mejor mis horas de trabajo y por ende cuidar mi descanso para levantarme a la hora que deseo.
Por eso, trabaja en tus objetivos y deja claro el camino que te permita incorporar nuevos hábitos que sean permanentes. Y no sientas la obligación de incorporar hábitos de valor solo porque alguien más lo hace, primero asegúrate que incorporarlo te llevará a un lugar específico al que quieres ir, si la respuesta es sí, entonces inténtalo y sé que lograrás tu meta.