En la vida, cuando planifiques perseguir un objetivo, recuerda esto: siempre comenzarás con solo el 60% de las piezas que componen el plan.
Y entonces podrías preguntarte, ¿qué pasa con las piezas restantes para tener un plan perfecto? La respuesta es simple: las encontrarás en el camino.
Por eso, empieza tan pronto como sea posible. Avanza con lo que ya tienes, porque lo curioso es que, al final, cuando alcances tu objetivo, te darás cuenta de que solo lograste completar el 80% de tu plan. Algunas piezas nunca estarán ahí, y eso está bien. Para que la vida funcione, hay cosas que deben estar fuera de tu control.
Aprende a sentirte cómodo con las imperfecciones de tu plan. Reconoce que el “plan perfecto” no existe; siempre tendrá piezas faltantes. No esperes a que todo esté listo para empezar. ¿Cómo puedes lograr algo si nunca das el primer paso hacia la meta?
Reúne las piezas que tienes y lánzate hacia ese objetivo que te quita el sueño. Deja de posponer lo que enciende la llama de tu corazón. Si no apuestas por ti, si no eres disciplinado por lo que sueñas, nadie más lo hará por ti. Y mientras dudas, la vida seguirá su curso, y tus oportunidades pasarán frente a tus ojos.
Haz que cada día cuente. Toma lo que tienes, confía en el proceso, y avanza. El verdadero éxito no radica en tenerlo todo bajo control, sino en atreverte a caminar, incluso con las piezas que faltan.