Hay que quienes creen que entre más años tenga una persona, más difícil se vuelve aprender nuevos conocimientos y, sobre todo, más complejo es des-aprender. De hecho, algunas personas incluso afirman que ya son “demasiado viejos” para aprender.
En cierto sentido, esta afirmación es válida, porque con los años dejamos de absorber información con la misma facilidad que lo hacíamos de niños. Sin embargo, no es justificación suficiente para caer en el abismo de la ignorancia. El conocimiento se adquiere cuando somos suficientemente humildes para reconocer que no lo sabemos todo, sin importar cuántas experiencias hemos acumulado o cuántos años cargamos en la espalda.
Toda persona tiene el poder de convertirse (a cualquier edad) en alumno permanente de la vida; es tu decisión. Y es justamente este camino el que lleva a la sabiduría. Quien elige ser alumno de por vida, reconoce que no hay verdades absolutas y que solo quien busca ver la vida desde múltiples ángulos es capaz de acercarse a las verdades universales.
Teniendo esto presente, asegúrate de siempre tener una mentalidad abierta hacia el aprendizaje constante (especialmente si ya eres una persona adulta); porque solo se envejece cuando decidimos rendirnos al pasar del tiempo, cuando elegimos dejar de construir proyectos de vida y cuando sentenciamos con nuestras propias palabras la muerte de nuestra capacidad de aprendizaje.
En conclusión, convierte en el alumno permanente, reconoce que todo lo que sabes hoy podría no ser de valor en el futuro y es clave que no te ates a estos aprendizajes. Porque llegarán momentos donde la única forma de seguir adelante hacia tus metas sea des-aprendiendo lo que una vez fue útil para ti.
Feliz semana, un abrazo fuerte, nos vemos mañana.