Es común que una persona intente elevar su vocabulario en una conversación para mostrarse más inteligente e interesante. Lo curioso de esto, es que si las personas que nos están escuchando hablar no comprenden las palabras que decimos, debido a su complejidad, habremos perdido total conexión y comunicación con ellos. En otras palabras, habrá sido como hablarle al espejo, donde el único logro fue elevar tu ego.
Debo recalcar que es muy importante mejorar y ampliar nuestro vocabulario, no para decir nuevas palabras a los demás, sino para comprender mejor a quien sí las usa. Porque si comprendemos a la perfección un tema, deberíamos ser capaces de comunicarlo con palabras tan sencillas que incluso un niño de 8 años lo pueda entender.
Por su parte, las empresas no escapan de esta práctica, ya que es muy normal que conforme crecen comiencen a adoptar términos y acrónimos nuevos para resumir conceptos de ventas, marketing, operaciones, calidad y muchas áreas más. Prácticamente, empiezan a incrementar más y más el glosario interno de la empresa.
Esto provoca que las conversaciones entre los líderes de la empresa se vuelvan una competencia por ver quién lanza la mayor cantidad de acrónimos en una oración coherente. Por supuesto, quienes conocen estos términos saldrán victoriosos, porque habrán entendido el mensaje, pero aquellos que todavía están tratando de llevar el hilo de la conversación, quedarán perdidos en una nube de palabras sin sentido.
Menciono esto porque el arte de la comunicación es un factor clave para el éxito en cualquier organización (y en general en cualquier agrupación de personas que busquen lograr un objetivo). Por este motivo, mantener una comunicación simple y directa es muy poderosa para lograr mayor sinergia de equipo. Si nosotros empezamos a incentivar el uso de términos complejos en nuestra empresa, estaremos afectando significativamente la correcta comunicación entre nuestros colaboradores; y esto impactará negativamente en la productividad.
Piensa en lo siguiente: ninguna persona quiere sentirse ignorante y son pocos los que tienen la valentía de levantar la mano y decir “no sé qué significa eso”. Como consecuencia, si en tu organización usas términos complejos, es muy probable que haya colaboradores que no estén entendiendo lo que dices y aun así afirman haber comprendido, o peor aún, que estén usando términos que no comprenden para explicar a sus compañeros alguna situación crítica de la empresa.
Finalmente, simplifica tu glosario, date el tiempo de revisar qué términos y acrónimos usas en tu negocio y busca la forma de reducirlos o por lo menos abre espacios para explicarlos detalladamente a tus colaboradores (aun si dicen que ya los saben); te aseguro que te lo agradecerán y la comunicación se mejorará.
Gracias por leer, feliz semana, nos vemos mañana.