Cuántas veces hemos escuchado la importancia de la disciplina y el poder que esta posee para llevarnos al éxito. Y posiblemente también has leído la frase de que “la disciplina siempre vence a la inteligencia”. En general, yo coincido en que ser disciplinado puede llevarte a los lugares y logros que hoy en día ni siquiera te atreverías a imaginar.
Pero, ¿cómo podemos cultivar tan importante cualidad, especialmente al ser tan difícil de adoptar? Para mí, todo comienza desde las acciones más pequeñas y puntuales; una de ellas es la limpieza. Una persona que se preocupa por su aseo personal y el aseo de su entorno, propicia mayor paz (y salud) en su vida. De hecho, a nivel personal he visto decenas de veces que la motivación de una persona y su autoestima se elevan considerablemente cuando limpian su entorno. De cierta forma se sienten más ligeros, como si se quitaran un gran peso de encima.
Sin embargo, una cosa es limpiar una vez y dejar todo bonito; y otra muy distinta es mantenerlo en el tiempo. Y dado que la disciplina se construye con la práctica, yo recomiendo lo siguiente: realizar limpiezas puntuales que traen grandes victorias. En otras palabras, en lugar de limpiar TODA la casa un fin de semana, elige un espacio muy pequeño, límpialo y ordénalo; por ejemplo, la gaveta de tu escritorio, tu billetera, el interior del microondas, la pantalla de tu computadora, el estuche de tu celular, la parte inferior de tu silla, tus zapatos, la parte de atrás del televisor, la misma escoba que usas para limpiar, en fin, elige algo puntual todos los días y límpialo bien.
E intenta elegir objetos o espacios que muchas veces nadie les presta atención. Esto incluso te ayudará a tener claridad en tus pensamientos sobre otros temas de vida, debido a que estás rompiendo tu rutina; por eso cuando lo hagas, deja el teléfono de lado. No te preocupes porque hacer este tipo de limpiezas no te llevará demasiado tiempo al día, intenta que sea menos de 15 min. Todo esto cultivará tu actitud de limpieza continua y a cambio sentirás que has logrado una victoria útil en el día (lo cual te motiva).
Ser disciplinado tiene múltiples niveles de intensidad, y lo más importante es saber que se puede cultivar con pequeños actos todos los días, actos tan simples como limpiar un pedacito de tu casa al que nadie más parece prestarle atención.
Disfruta el resto de tu día, limpia algo y nos vemos mañana.