Hace poco volví a escuchar la reflexión de que hay personas que sueñan con tener las dificultades o tragedias de otros. Es decir, mientras alguien puede sentirse mal porque un proveedor le falló, o su jefe no le reconoció su trabajo, el tráfico camino a casa es demasiado lento o terminaron la relación con su pareja; otros están luchando por sus vidas y las de sus seres queridos en un ambiente de guerra, o están desesperados por tener al menos una porción de comida o agua para sobrevivir el día de hoy.
En circunstancias críticas, las personas desean por lo menos estar sufriendo los problemas comunes de la mayoría de nosotros; problemas que por lo general no suelen amenazar con nuestra integridad física. Por eso es clave salir de la zona de confort e intentar viajar y conocer otras realidades, para abrir más nuestra mente; ya que las noticias por sí solas no logran el mismo efecto. Tener conciencia de la difícil realidad que otros viven te permite cambiar la definición que tienes de «problema» y dejas de darle demasiada importancia a situaciones que no lo ameritan.
Aunque no sea la primera vez que lo escuchas, es importante reflexionar sobre esto para tener perspectiva de que tus retos actuales no deberían derrumbar tu felicidad. Porque al menos tienes algo de comer hoy, tienes agua limpia para bañarte e hidratarte, tienes una cama, tienes un techo e incluso tienes personas que te aman y se preocupan por tu bienestar.
En conclusión, tus retos no son fáciles (ningún reto lo es), pero hay circunstancias críticas que tenemos la bendición de no vivirlas. Agradece por tus condiciones elementales de vida y afronta tus retos sabiendo que no son el fin del mundo, son retos que te permitirán ser mejor persona y te fortalecerán para el futuro. Afróntalos con actitud y no des por sentando todo lo bueno que ya tienes en la vida.
Cuídate, gracias por leer y nos vemos mañana.