Detente!! Espera!! Altoooo!!! “Haz esto”, “Di esto”… muchas veces así suena nuestra intuición, tratando desesperadamente de ayudarnos a tomar una decisión. Sin embargo, con el tiempo hemos ido escuchándola menos a causa del ruido de información en el que estamos inmersos. Hoy en día es normal que las personas antes de tomar una decisión primero le preguntan a sus amigos qué opinan de ello, o buscan en internet o más recientemente usan la inteligencia artificial para corroborar cuál es la «mejor» decisión ante el reto que están enfrentando.
Y no me malinterpretes, creo que cada una de estas herramientas es útil; yo las aprovecho bastante en mi proceso de toma de decisiones. Sin embargo, el problema empieza cuando nos hacemos dependientes de las opiniones externas para prácticamente toda decisión que necesitamos tomar. Cuando esto ocurre, empezamos a silenciar nuestra intuición e indirectamente dejamos de confiar en nuestro juicio; dejamos de creer en nosotros mismos.
Imagina que te quedas sin acceso a internet, que tu celular deja de funcionar y no tienes a nadie más a tu lado ni tampoco libros a los cuales acudir para enfrentar tus retos del día a día. Es en ese momento donde todo tu conocimiento actual y experiencia se convierten en el insumo clave de tu intuición para tomar acción, lo interesante en esto es que cuando tomas decisiones basadas en tu intuición también influyen tus valores, tus principios y tus pasiones. Por lo tanto, habrá decisiones cuyo resultado no sea el esperado y es normal que esto te frustre, sin embargo, es esencial que aprendas a fallar para que puedas afinar tu intuición, míralo como un músculo más, entre más lo uses más fuerte se hace.
En conclusión, entre más confíes en tu capacidad innata para enfrentar retos y situaciones cotidianas como por ejemplo elegir la mejor ruta para llegar a casa, iniciar o no un emprendimiento que hace tiempo quieres hacer, hablarle a cierta persona por primera vez, apuntarte a un curso de X tema, etc… más confianza empiezas a cultivar en ti y más certera empieza a ser tu intuición. De manera que la próxima vez que uses internet, tu celular, un libro, la opinión de un amigo o cualquier otro medio externo de información… no lo usarás como verdad absoluta, sino como un complemento en tu decisión final.
Recuerda que la intuición está conectada directamente con tu corazón. Y las decisiones más importantes de la vida no surgen de la razón, nacen del corazón.
Gracias por leer y espero te encuentres muy bien 🙏. Te mando un fuerte abrazo, nos vemos mañana 😊