Justo ayer estaba hablando con un amigo sobre la importancia de saber comunicar con el método y energía correcta. De lo contrario, nuestro mensaje se ve alterado y las personas interpretarán cosas totalmente distintas a lo que queríamos decir.
De hecho, la mayoría de personas comenten el error de centrarse en decir lo que sienten o piensan; sin prestar atención a los gestos y emociones de la persona que está escuchando.
Por ello, dentro de este marco de la comunicación, una estrategia que ha sido muy útil para mí es: No contradecir o confrontar directamente el argumento de otra persona; en lugar de esto, debemos sumar o complementar a dicho argumento con una actitud positiva y de apertura al diálogo.
Veamos esto más a detalle:
Si estamos dos personas intentando solucionar un problema y la otra persona sugiere una propuesta que va en contra de lo que yo creo factible. En lugar de decirle que su propuesta “está mal”, o que “las cosas no son así” o, peor aún, decirle que “no estás entendiendo”; lo único que la persona va a escuchar es “sos un tonto”. Y seamos sinceros, a nadie le gusta sentirse tonto o poco inteligente; de hecho, un principio básico de la psicología es que toda persona busca encontrar su valor o valía en este mundo, por lo tanto, parte importante de ello es que toda persona desea sentirse inteligente.
Por lo tanto, cuando confrontamos el argumento de alguien e intentamos invalidar su argumento para establecer el nuestro, puede que ganemos la discusión, pero también arriesgamos la relación de respeto con esa persona. Hay una frase en inglés que me gusta mucho y es “If you have the choice between being right and being kind, choose being kind”.
Así que, la alternativa a ese escenario que mencioné es plantear tu contrapropuesta como un complemento al argumento de la otra persona, para ello puedes decir algo como: “Me parece muy interesante tu propuesta, y creo que sería muy valioso considerar la opción de… (y lanzas tu propuesta)”. Incluso si tu propuesta puede parece contradictoria a la de la otra persona, tú ya sembraste un espacio de conversación donde no se siente un conflicto, simplemente están planteando soluciones. Observa que intencionalmente en el ejemplo usé la palabra “creo” en lugar de “sé”, porque cuando decimos que creemos en algo, permitimos que la otra persona no sienta que imponemos nuestra forma de pensar y da pie a que ellos puedan usar tu argumento como parte de su propuesta (recuerda la Nota de Valor sobre dar crédito a otros).
Esto también permite, de forma indirecta, considerar que tal vez tu propuesta es incorrecta. Ya que tanto tú como la otra persona, creen que están en lo correcto con la información que poseen. Es decir, es un juego de perspectivas y no es sano creer a muerte que tu opinión es la verdad absoluta, porque fácilmente puedes estar equivocado, solo que todavía no tienes la información necesaria para darte cuenta de ello.
Y un truco final, cuando des tu propuesta complementaria, hazlo con una actitud positiva y amigable, como si estuvieses feliz de trabajar en equipo con esa persona. El resultado final, es que normalmente ambos aprenden a ver el valor en cada una de las propuestas que han puesto sobre la mesa, dejando de lado el juego de egos por ver “quién sabe más”.
Recuerda usar esta estrategia de forma responsable, prestando mucha atención al motivo y argumentos de la otra persona y siempre buscando el ganar-ganar.
Espero estés teniendo un día increíble y si no ha sido así, asegúrate de finalizarlo con la mejor actitud posible 🙏. Un abrazo, nos vemos mañana 😊