Hay quienes actúan sin planificar, y hay quienes planifican sin actuar. Lo interesante es uno de estos siempre admira al otro. Es decir, a su versión contraria. El que actúa sin planificar se lamenta de los errores que pudo haber prevenido y el que planifica sin actuar se lamenta por no saber qué hubiera pasado si tomaba acción.
¿Tú en qué lado de la ecuación estás? Yo por ejemplo soy de los que planifica sin actuar. Y con el tiempo, he ido forzándome a actuar haciendo ciertos trucos o estrategias que me ayudan a contener mi ansiedad de querer hacer todo perfecto. Por eso, desde mi perspectiva te diré qué me funciona y espero te ayude a ti también. En caso de que seas de las personas que actúan sin pensar, ten presente lo siguiente: te admiro, y los errores que cometes (que creías haber anticipado si planificabas) son en realidad las lecciones que hacen de ti una persona sabia.
Muy bien, continuemos. ¿Qué hago yo para evitar la planificación excesiva o al menos minimizarla? La respuesta es el título de esta nota de valor: muevo una pieza del tablero TODOS los días. Para iniciar escribe qué quieres lograr, ese sueño o meta que buscas y luego pregúntate: ¿cuál es el paso más pequeño que puedo hacer hoy en esa dirección? Puede ser tan sencillo como enviar un correo, llamar a una persona, escribir una nota, comprar un curso, leer una única página de un libro, ver un video, etc… El objetivo es que dejes claro cuál es el paso más sencillo que puedes hacer hoy.
Una vez hecho esto, ¡hazlo! Sin pensar demasiado, haz esa acción que definiste. Tu objetivo no es que tengas éxito en esa acción, tu objetivo es que al final del día puedas decir: “hoy caminé hacia mi meta”. Al siguiente día harás lo mismo y así sucesivamente; para que todos los días puedas decir “hoy caminé hacia mi meta”. Lo que buscas con esto NO es lograr tu objetivo en el corto, mediano o largo plazo; lo que realmente buscas es crearte el hábito de tomar micro-acciones con mirada láser en tu meta principal.
Este pequeño truco, aunque pueda parecer obvio o sencillo, trae consigo múltiples beneficios y a continuación de comento 3 de ellos. 1: Bajas tu estrés, porque tu mente ya puede decir que sí actuó, y eliminas el dolor del “qué hubiera pasado”. 2: Te acercas a tu sueño, y lo más probable es que también puedas descubrir si realmente ese era tu sueño verdadero o era solo un capricho del momento, y en dado caso podrás ajustarlo y seguir tu camino. 3: Empiezas a notar que las cosas imperfectas que haces tienen mejores resultados que las perfectas que intentabas hacer en el pasado.
Finalmente, sigue planificando, es un hábito útil y te ahorrará errores básicos, pero asegúrate de cultivar el hábito de estar en movimiento TODOS los días. Mueve las piezas de tu tablero de ajedrez. Y al final de cada día, tendrás la paz de haber dado un paso hacia tu verdadero sueño.
¡Feliz día, un abrazo fuerte, nos vemos mañana!