Te ha pasado que recibes una clase, miras un tutorial o alguien te explica alguna técnica y de inmediato piensas: “eso está fácil de hacer” y con esa idea en mente te vas a intentarlo, confiando en ti mismo. Como resultado, te das cuenta de que no era tan fácil como parecía. Y la única razón de por qué parecía fácil, es porque la persona que lo mostró ha pasado por decenas, sino cientos, de intentos para dominarlo con naturalidad.
La situación anterior me ha pasado muchas veces siendo el alumno y siento el maestro. Es decir, siendo alumno muchas veces he subestimado lo que me están enseñando, para luego chocar con pared y darme cuenta de que mis resultados son pésimos. Y como maestro me ha pasado que digo: “esto es fácil de hacer” sin percatarme que yo llevo muchas horas de vuelo que me han permitido hacerlo con facilidad; por este motivo ser maestro requiere paciencia, ya que no puedes esperar que los alumnos lo hagan igual que tú de un día para otro.
En este sentido, es muy importante que no te dejes engañar por la percepción que puedas tener de algo. Ten mucho respeto por las habilidades de las demás personas y por los servicios o productos que brindan las empresas, porque no hay nada fácil de hacer. Y si alguien lo hace ver fácil, apláudele porque significa que ha tenido la disciplina suficiente para aprenderlo durante horas, días, meses o incluso años de práctica.
Esto aplica para ti también, independientemente de si tienes un negocio o trabajas para una empresa; no subestimes tus talentos. Te sorprendería saber que todo aquello que hoy en día es fácil para ti, para la mayoría no lo es, y si no eres consiente de ello, es posible que nunca veas todo tu potencial o peor aún, que lo regales sin darte cuenta del valor que aportas. Analiza estas palabras muy bien: tu verdadero potencial yace en lo que se te da fácil hacer.
Finalmente, y teniendo presente todo lo anterior, si algo se ve fácil no significa que tú estás listo para hacerlo bien a la primera. Dale el respeto que se merece a quien ha elegido dedicar horas y horas a aprender un arte, un método, un proceso técnico, una ciencia, un idioma, un deporte y cualquier otra habilidad. Y si eres esta persona, reconócete tu esfuerzo, porque pocos están dispuestos a elegir la vía de la práctica constante.
Un fuerte abrazo, nos vemos mañana.