¿Alguna vez pensaste de niño en convertirte en científico o inventor, alguien que crea tecnologías, métodos o herramientas que ayudan facilitar y mejorar la vida de los demás? En otras palabras, ser esa persona que resuelve un reto de la humanidad que otros no han logrado conseguir.
De niño, siempre soñaba con ser esa persona, lograr algo trascendental como lo ha sido el descubrimiento de curas contra enfermedades mortales, la invención de la electricidad, la creación de internet, o el desarrollo de la computadora; en fin, tenía esa idea de crear “algo nuevo”, algo extraordinario.
Sin embargo, con conforme fueron pasando los años, comenzaba a sentirse en la sociedad esta idea de que “ya todo está inventado” y que lo único nuevo que vemos son mejoras incrementales sobre lo que ya se ha creado, en lugar de desarrollarse nuevos inventos que revolucionen por completo nuestra forma de ver las cosas. Sumado a esto, poco a poco empezó a popularizarse la idea de que en alguna parte del mundo hay científicos dedicados a construir el futuro, de manera que nosotros podemos darnos el lujo de simplemente ser usuarios de sus invenciones.
La realidad es que muchas personas han abandonado la idea de crear cosas nuevas y debido a ello nos hemos limitado a adquirir solo las habilidades que nos permitan navegar el mundo actual tal y como es, en lugar de intentar construir un futuro que rompa el esquema de lo tradicional, de lo normal. Hemos caído en la idea de que alguien más hará el mundo girar; pero que pasa cuando muchas personas piensan así, ¿Quién realmente se está dedicando a crear el futuro? ¿Quién velará por el futuro de tu país? ¿Quién hará las nuevas invenciones que se necesitan para los problemas emergentes que enfrentará la humanidad?
La historia nos ha demostrado que no se trata de ser extremadamente inteligente para influir en el mundo o para construir un nuevo invento que cambie el status quo. El ingrediente principal que realmente debe tener la persona, es un alto grado de curiosidad que lo motive a buscar nuevos misterios y secretos por resolver, acompañado de un alto grado de certeza de que podrá lograrlo si se mantiene perseverante en el proceso, a pesar de que otros lo tachen de loco.
El mundo necesita más y más personas que tomen un rumbo de vida hacia la búsqueda implacable de nuevas ideas, nuevas tecnologías, nuevas teorías, nuevos métodos y nuevas soluciones a retos que todavía no enfrentamos; retos que nos esperan en los años por venir. Y que solo si alguien, como tú o como yo, decide emprender este camino hoy, podremos contar con las respuestas en el futuro. Así que, ¿darás el paso?
Un abrazo, nos vemos mañana.