Todas las personas tenemos el deseo interno de destacar, de ser importantes para los demás, de tener protagonismo y credibilidad ante otros. Queremos que nuestras vidas sean interesantes y con ello tener algo que contar, especialmente si toda la vida hemos sido tímidos.
Sin embargo, ser interesante no significa que debes tener cientos de historias obtenidas de grandes aventuras alrededor del mundo, como si se tratara de una película de fantasía. A veces, para decir algo interesante, como bien lo dijo el escritor Charlie Mackesy, simplemente debes ser honesto.
Hoy en día, donde cada persona intenta mostrar una realidad perfecta de sus vidas en redes sociales, se vuelve muchísimo más valioso el ser una persona honesta; alguien que acepta su vida tal y como es, y que el único medio que utiliza para cambiarla son las acciones reales y no el uso de filtros en un app.
Ser interesante implica que tienes algo que decir, algo que impactará de una u otra forma la vida de quien escucha, puede ser entreteniéndola, haciéndola reflexionar, motivándola o simplemente educándola sobre un tema de valor. El punto es que para hacer esto, no tienes que inventar algo, tan solo sé honesto, habla desde tu experiencia; te sorprendería la gran cantidad de valor que puedes aportar si hablas con total honestidad sobre obstáculos que has superado o aprendizajes que has obtenido de la vida.
Así que la próxima vez que estés con otras personas, no seas solo un espectador, se parte de la conversación, rompe el hielo abriendo un nuevo tema, habla desde tu verdad, sé honesto y poco a poco irás descubriendo personas que resuenan contigo; personas con las que un silencio incómodo nunca existirá.
Un fuerte abrazo, nos vemos mañana.