El síndrome del impostor es eso que nos pasa cuando creemos que no somos inteligente, capaces o creativos, a pesar de que las evidencias indican que sí lo somos. En otras palabras, es la sensación que suele aparecer cuando se nos abre una oportunidad y no la aprovechamos por pensar que «no es el momento» o «no estoy listo».
Todas las personas sentimos esto, incluso quienes son muy confiados de sí mismos. La gran pregunta es: ¿cómo podemos reducir esta sensación? Una estrategia que yo he empezado a aplicar es la de poner a prueba la combinación de habilidades que tengo en lugar de solo intentar resaltar en alguna de ellas. De manera que al combinarlas de forma efectiva, puedo demostrar a los demás, y a mí mismo, que la suma de mis habilidades me hace más valioso, permitiendo con ello que mi auto-confianza se eleve y se reduzca ese síndrome de impostor.
En otras palabras, no veas todas tus habilidades como poderes aislados que te ayudan a resolver situaciones de tu vida personal o empresaria. Empieza a notar que cada una de tus habilidades podría combinarse con las demás, de manera que puedas mostrarte al mundo como alguien más único. Si tú te ves como alguien único, será difícil que te compares con otros y por ende será difícil que sientas ese síndrome del impostor, ya que siempre podrás decir que tienes un gran talento que nadie más o muy pocos han logrado obtener.
Por ejemplo, además de yo ser ingeniero industrial, también soy bueno creando documentos atractivos como presentaciones o informes. Por lo tanto, si yo me comparo con alguien que es muy bueno con diseño, tal vez mi síndrome del impostor me dirá qué no soy suficiente para estar a la altura de dicha persona. Pero si, por el contrario, combino mi habilidad de ingeniero industrial con mi capacidad de diseño, me sentiré más confiado y de hecho justamente esta combinación me ha permitido ayudar a mis clientes con sus procesos productivos, al mismo tiempo que les doy guía sobre cómo mejorar su documentación interna de manera que luzca más profesional y elegante; lo cual me diferencia de la mayoría de asesores empresariales y por su parte, de los profesionales que se enfocan solo en diseño.
En resumen, analiza muy bien todas las habilidades que tienes, esos superpoderes que te distinguen y trata de combinarlos para crear servicios que puedas aportar al mundo de manera integrada. Eso te destacará, te hará más difícil de comparar con otros y como resultado estarás silenciando la terrible voz del síndrome del impostor.
Un fuerte abrazo, nos vemos mañana.