¿Has notado que en cualquier actividad de amigos o familiares siempre está esa persona que se queda al final limpiando junto a los organizadores de la actividad?
Es alguien que por iniciativa propia decide ayudar a limpiar el desorden que todos los asistentes dejaron. En otras palabras, pudo haber elegido irse sin mayor preocupación. Sin embargo, para este tipo personas es muy difícil resistirse a la tentación de ayudar, de sentirse útiles para lo demás.
Yo soy así, mi mente constantemente me insta a ser de los que ayudan. Y con el tiempo he notado que entre más intento ser útil, más lecciones de valor aprendo y más oportunidades se abren en mi camino.
Ser útil también implica estar en constante aprendizaje y cultivar disciplina, de manera que cuando llegue el momento ayudar, podamos hacerlo de forma correcta y con muy buena actitud.
Ten presente lo siguiente, en la vida tendrás un sin fin de oportunidades para poner tus habilidades a disposición de los demás y en situaciones donde nadie te pagará por ello. Te insto a que ayudes, a que te pongas en una posición donde seas útil; te aseguro que gracias a ello, tu verdadero potencial empezará a florecer.
Un abrazo, nos vemos mañana.