Recuerdo que desde que estaba en la escuela empezaba a tener el rol de ayudar a mis amigos a entender mejor los conceptos que veíamos en clase. Por alguna razón, tenía la capacidad de aprender muy bien un tema para luego explicarlo de forma simplificada. Esto me daba la confianza suficiente para seguir aprendiendo nuevos temas y sobre todo para aprender más de mi entorno.
Con el tiempo esta misma habilidad empecé a usarla con mi familia y me convertí en el «tecnológico de la casa», es decir, esa persona que suele entender un poco mejor el uso de la computadora y cualquier otro dispositivo de tecnología. Me pasaba todo el día tratando de desarmar y entender cómo funcionaba todo lo que estaba en la casa. Recuerdo que desarmaba juguetes electrónicos para intercambiar piezas con otros juguetes y reforzarlos.
Todas estas acciones y actitudes de niño las seguí explotando conforme iba creciendo. Algunos pensaba que era inteligente por lo que sabía, pero la realidad es que simplemente era más curioso que la mayoría. Y gracias a ser curioso y no tener miedo a «romper algo» fue que empecé a desarrollar las habilidades que hoy en día me permiten continuar aprendiendo temas de diferente índole con el objetivo de resolver problemas de mi día a día y de mis clientes.
Menciono todo esto porque constantemente me topo con personas, tanto jóvenes como adultos, que se dicen a sí mismos «yo no puedo hacer eso» o «para mí eso es muy complejo», o «eso es para personas inteligentes». Ninguna de estas afirmaciones es correcta, porque la realidad es que todo ser humano tiene un potencial extraordinario para crear y hacer cualquier actividad o meta que se proponga. Sin embargo, esta habilidad es directamente proporcional a nuestro nivel de curiosidad.
Si constantemente cultivamos nuestro sentido de la curiosidad podremos empezar a vislumbrar el poder que tenemos, eso a lo que todos llaman inteligencia. Así que date la oportunidad de explorar tu curiosidad. Puedes empezar por preguntarte por el funcionamiento de cada una de las cosas que te rodean, empieza a explorar TODAS las opciones de tu celular, de tu computadora, de tu carro, y de cualquier invento que hace tu vida más fácil.
Entre más adoptes el rol de explorador y aventurero en las cosas sencillas de tu día a día, más rápido empezarás a ver el mundo de manera más creativa y esto se traducirá en tu forma de solucionar problemas tanto a nivel personal como a nivel empresarial. Así que la próxima vez que enfrentes una situación donde sueles decir «yo no puedo», cámbialo por «todavía no puedo» y empieza a explorar formas de aprender sin miedo a que en el proceso rompas algo.
Que tengas un excelente día, nos vemos mañana.