Es común que en nuestro día a día y por el estilo de vida que tenemos, desconozcamos u olvidemos lo que realmente significa sufrir por no poseer los elementos básicos de nuestros días, tales como el agua potable, ropa, cama, cobija, cepillo de dientes, comida, y prácticamente cualquier otro beneficio esencial.
Debido a esto, cuando vamos por la calle en carro o caminando, si alguna persona nos detiene con el objetivo de pedir ayuda, es decir, pedirnos comida, dinero o básicamente algo que podamos brindarle, usualmente la reacción de una persona es evitar o tratar de apresurar el momento para continuar con su agenda.
En esos momentos debemos ser conscientes de lo afortunado que somos, ya que tenemos las condiciones idóneas para no vivir en carne propia lo que esa otra persona está enfrentando. En otras palabras, sus preocupaciones críticas son realmente de vida o muerte, mientras nuestras preocupaciones tan solo se relacionan con consecuencias laborales o de reputación personal.
Esto no significa que tengas que resolver el problema de todas las personas que vivan en condición de pobreza. Sin embargo, sí es importante que constantemente te preguntes cómo tus acciones hacia tus metas también pueden traer alegría a personas que han sido menos favorecidas que tú.
Busca siempre, desde tu propio alcance, hacer algo que ayude a mejorar las oportunidades de las personas y sobre todo a tener lo esencial para vivir con dignidad. Tus actos podrán parecer poco, a veces económicamente no representará nada significativo para ti, pero al menos en este proceso te harás más humilde y te mantendrás con los pies en la tierra.
A nivel personal, el vivir ligero me ha abierto los ojos sobre cuáles son los objetos que realmente marcan la diferencia en tu día a día y por ende cuántas cosas superfluas tenemos a nuestro alrededor que podríamos haber traducido en algo útil para una persona en condición de pobreza. Empezando por la acumulación de ropa que podemos tener en nuestras casas, mientras otros se aferran a una única mudada para todos los días.
Lo importante es tener presente que con acciones muy puntuales puedes marcar la diferencia, pero si esto no pasa por tu mente, fácilmente te acostumbrarás a una rutina de privilegios. El objetivo es que el éxito que llegue a tu vida siempre pueda traer paz a tu corazón y a cientos de otras personas que se crucen en tu camino. Recuerda que tampoco sabes si en el futuro estarás en una situación complicada, y si llega a ser así, te sentirás muy agradecido si otros te tratan a ti de la manera en como tú podrías tratar a quien hoy te necesita.
Un abrazo, nos vemos mañana.