Entre más usemos redes sociales, internet, YouTube o leamos libros, periódicos, revistas, e incluso hablemos con amistades que estén creando proyectos o emprendimientos, más ideas nuevas tendremos y más ganas sentiremos de crear negocios o de estudiar nuevos conocimientos para seguir creciendo y mejorando.
Sin embargo, también sentiremos la necesidad de ir más rápido para “no quedarnos botados” o rezagados. Y en este proceso es normal que empecemos a sentir ansiedad y estrés si vemos que no logramos mantener el ritmo de nuestras metas y ambiciones.
En este punto es clave que tengas siempre presente tus prioridades, date cuenta de realmente a qué quieres dedicarle tiempo y por qué. El objetivo de la vida es que disfrutes tu camino y ayudes a otros en el proceso, así que no te llenes tu agenda con actividades o proyectos que te desmotiven o drenen tu energía sin razón alguna.
Ten muy claro lo que sí quieres para tu vida, y busca retos que se alineen con ello. Esto no significa que siempre disfrutarás el camino hacia tus metas, porque siempre habrá situaciones incómodas, pero al menos tendrás foco hacia donde realmente quieres estar.
A nivel personal, esto se ha traducido en elegir muy bien con qué clientes quiero trabajar y a cuáles decirles no para referenciarlos a otros proveedores de mi confianza. Y sobre decidir con qué persona rodearme a nivel personal (familiares, amigos, conocidos)
El punto es que siempre tendrás en tus manos el poder de elegir dónde poner tu tiempo, así que hazlo en donde realmente estén tus prioridades, sé fiel a ellas y disfruta al máximo tu camino hacia tus sueños, porque si no te diviertes, qué sentido tiene todo tu esfuerzo. Así que sal y disfruta tu vida sin prisa.
Un abrazo, nos vemos mañana.