Sin lugar a dudas, ser parte de proyectos u organizaciones que buscan impactar positivamente al mundo te hace sentir con propósito en la vida, te permite tener la gratificación de que tu tiempo está invertido en una buena causa y además conoces personas alineadas con tus valores.
Sin embargo, a veces nos limitamos a ayudar con solo nuestro tiempo o dinero, cuando en realidad tenemos habilidades de altísimo valor que pueden impulsar las metas de alguna organización o proyecto que se alinee contigo. Por eso, antes de ofrecer tu ayuda, ten muy claro cómo tus habilidades actuales pueden impactar con mayor fuerza en los objetivos de la organización que deseas apoyar.
A partir de esto puedes crear un plan de acción o estrategia para alcanzar alguna meta de la organización, que posiblemente sus miembros actuales no habían visualizado. Esto te convertiría en un voluntario activo, en lugar de simplemente esperar a que los líderes de dicha organización te den alguna tarea o responsabilidad por realizar. Si simplemente dices que quieres ayudar y esperas que te asignen algo, serías un voluntario pasivo y esto solo demostraría que tal vez no tienes muy claro las metas y retos que la organización intenta resolver.
Personalmente, he tenido la oportunidad de apoyar en distintos proyectos tanto de bien social como ambiental; y poco a poco he notado que más allá de ofrecerme como voluntario a la espera de que me designen tareas, el verdadero valor que puedo aportar es anticiparme y crear un plan que yo pueda ejecutar en un periodo de tiempo establecido por mí mismo. Esto permite liberar de más actividades de gestión a las personas que ya son parte del proyecto, de manera que su único rol es dar el visto bueno o no al plan que hemos creado.
Y un gran beneficio de que te anticipes y construyas un plan de acción, es que puedes enfocarte en hacer acciones que exploten al máximo tus verdaderos talentos y pasiones, permitiendo con ello que te sientas productivo por realizar un bien al mundo, pero adicionalmente podrás mejorar habilidades que te abrirán más puertas en el futuro.
Por ejemplo, si ya sabes de diseño gráfico, puedes auto-asignarte tareas de este rubro que te exijan a mejorar algún aspecto del diseño gráfico que quieres explorar. Igualmente, si tu talento está en programación, puedes asignarte tareas que ayuden a la organización en temas de programación que tú deseas pulir. O si tu experiencia se enfoca en finanzas, entonces puedes crear un plan financiero que aplique conceptos que no has logrado incorporar en tu trabajo actual o en tu emprendimiento.
El objetivo con todo esto es alinear tus habilidades con propósitos solidarios, para que tu proceso de crecimiento personal impacte de forma directa las causas sociales, ambientales, culturales, etc… que son compatibles con tus valores y metas de vida. Además, esto también permite que desarrolles tu sentido de proactividad, porque no se trata de simplemente decir «yo quiero ayudar», se trata de decir «yo sé que puedo ayudar en X tema y lo puedo llevar a cabo de esta forma». Al final tu ayuda siempre será muy bien recibida, pero será aún más valiosa si lleva una estrategia clara y con tiempos establecidos por ti mismo.
Un abrazo, nos vemos mañana.