Revisa en este momento cómo está la pantalla de tu computadora. ¿Está sucia o está limpia? ¿Cómo está la pantalla de tu celular? ¿Qué tan limpio tienes tus áreas de trabajo? ¿Cómo se ven, impecables o no tanto?
Muchas veces me ha pasado que tengo una reunión con alguien o estoy ayudando a una persona a distancia y me envía una foto de su computadora e indirectamente me doy cuenta de lo sucia que se encuentra la pantalla e incluso el teclado. Y con solo eso ya me hace dudar de la disciplina de esa persona y por ende si será alguien con quien debería o no trabajar en algún proyecto.
Puede parecer un pequeño detalle, pero en los detalles está la reputación de las personas. Porque de la misma manera que haces una cosa, es muy probable que hagas las demás. De hecho, a la hora de elegir candidatos para un puesto de trabajo, es muy útil tener como requisito que dicha persona tenga un alto sentido de limpieza y orden.
Por lo tanto, si quieres cuidar y mejorar tu reputación ante las personas, asegúrate de ser estrictamente ordenado en los pequeños detalles. Demuestra con ello que has trabajado en tu disciplina y como consecuencia tienes la capacidad de asumir responsabilidades con total compromiso y respeto.
En fin, los pequeños detalles pueden ser decisorios en cualquier alianza, proyecto o negocio que estés intentando realizar o en cualquier trabajo que quieras adquirir.
Cosas tan puntuales como tu ortografía en un mensaje, las palabras que utilizas en una conversación, la limpieza de tu computadora durante una reunión presencial, lo ordenados que estén tus archivos digitales, lo organizada que está tu billetera, la manera en como te arreglas el cabello, la limpieza de tus manos, tus modales en la mesa; todo ello influye más de lo que podrías imaginar. Así que anticípate y cuida cada uno de estos aspectos, porque tu reputación está en juego.
Un abrazo, nos vemos mañana.