Es normal en el ser humano tener esta ambición de lograr grandes cosas, de poder tener todo lo bueno que la vida puede ofrecer, desde una familia extraordinaria, un trabajo que te apasione, estabilidad económica, un cuerpo saludable, en fin deseamos todo aquello que se acerca a la perfección, según nuestros conceptos de vida
Y es por ello que intentamos muchas veces hacer múltiples cosas con el objetivo de lograrlo, con el objetivo de tener todo lo que deseamos. Sin embargo, es aquí donde entra una premisa que a nivel personal me he inculcado y he ido practicando con el tiempo. Se trata de tener presente lo siguiente: Hasta que seas feliz con nada, podrás ser feliz con todo. Esto significa que para realmente ser feliz con todo eso que deseas, primero debes ser capaz de sentirte en paz con lo que ya tienes.
Por generaciones se ha conservado esta idea de que «tener» es igual a «éxito». Es decir, si tienes un buen carro te verán con éxito, si tienes una buena casa te verán con éxito, si tienes un buen trabajo te verán con éxito, y de manera inversa, aquellos que no tengan nada de este tipo de cosas, quedarán vulnerables ante las críticas de la sociedad. Muchos crecen con esta idea en la cabeza y actúan sin darse cuenta acorde a ello para no sentirse excluidos.
Debido a esto, es normal que las personas cuando reciben su primer salario empiecen a endeudarse para comprar un carro, comprar una casa, comprar ropa de marca, etc. En otras palabras, desvían su mirada de lo que realmente es importante para sus vidas y se enfocan en qué es lo que los demás perciben como importante.
En resumen, erróneamente «tener» se asocia al «poder», que a su vez se asocia al «éxito» y por defecto se asocia a la «felicidad». Y como resultado, cada vez más personas se sienten estresadas y ansiosas entre más cosas acumulan en sus vidas. Lo cual no es de extrañar, porque si tú estás esperando tener felicidad de todo lo externo a ti, indirectamente asumes que no eres capaz de darte felicidad por tu propia cuenta.
Ten presente que las cosas que posees inconscientemente te hacen sentir atado a dichos objetos y a su vez a dicho espacio en el que estos se encuentren. Haz este ejercicio: analiza quién eres y cómo te sentirías si no tuvieses absolutamente nada de lo que hoy posees, quién serías, cómo te vería el mundo, y cómo te verías a ti mismo. Al hacer esto, te darás cuenta de cuánto poder le estás dando a los objetos sobre tu felicidad.
Como consecuencia, en el momento en el que empiezas a soltar todo lo que no genera valor y crecimiento a tu vida, podrás ser capaz de experimentar la verdadera libertad y con ello empezarás a dar foco al único activo que realmente importa en tu vida: tú mismo. Si aprendes a vivir con poco, si aprendes a vivir feliz con la «nada», en ese momento y solo en ese momento, podrás disfrutar genuinamente cada pequeño detalle que la vida tiene para ofrecerte día a día.
Un abrazo, nos vemos mañana.