Al comenzar como emprendedores, normalmente no te puedes dar el lujo de elegir a tus primeros clientes. Para ello tendrías que tener una estrategia muy clara de adquisición de prospectos, pero normalmente llegar a este nivel de conciencia o conocimiento implica que ya tuviste alguna experiencia como emprendedor o que has invertido en alguna formación profesional de negocios, que difícilmente lo hacen aquellos que recién inician.
Como resultado, terminas aceptando cualquier oportunidad que surja, independientemente de si se alinea o no a tu cliente objetivo. Este tipo de experiencias con tus primeros clientes es útil, sin embargo, fácilmente puede desviarte de tu objetivo inicial. Porque cuando un cliente queda satisfecho, tiende a recomendarte con personas de su círculo cercano y, por lo tanto, suelen ser clientes muy similares a ellos. El resultado final es que tus primeros clientes no se alinean con el perfil que realmente buscabas al inicio, y es probable que sigas recibiendo clientes de este tipo hasta que cambies tu estrategia de precios.
Ante esta situación se vuelve muy importante tener mucha claridad sobre tus sueños y metas de vida, para determinar cuándo decir no y cuando decir sí a tus nuevos clientes, independientemente de si necesitas o no el dinero.
Hoy en día he conocido muchos emprendedores que poseen negocios con ventas estables, pero son negocios que no les apasionan. Y constantemente pasan dudando de si deberían cambiar o no a otro proyecto más apasionante y trabajar con mejores clientes. Y justo cuando están decidiéndose por cambiar de proyecto, vuelven a tener altas ventas, lo cual los incentiva a seguir con ese mismo negocio por la comodidad que les da el dinero.
Aunque nadie podría decirte cuál es la decisión correcta, si continuar o no con tu empresa, lo que sí es una realidad es que vives mejor cuando te dedicas a algo que conecta emocionalmente contigo. Sin embargo, si estás pensando en cambiarte a otro negocio, no tienes que saltar de una vez a ello y dejar todo lo demás botado, puedes ir construyéndolo paso a paso, mientras empiezas a delegar o vender tu proyecto actual.
Una estrategia muy práctica que te pueda ayudar a realizarlo de manera más efectiva es identificar qué tipo de conocimientos necesitas para crear ese otro proyecto que tanto te apasionaría tener. Una vez identificados estos conocimientos, busca cursos o programas online que te permitan aprender todo lo que necesitas de la mano de personas que ya lo han hecho.
El siguiente paso es buscar emprendedores que ya posean este tipo negocios, pero les hace falta los conocimientos que tú has adquirido. A partir de ello simplemente ofréceles tu ayuda, demuéstrales lo que sabes y ofréceles un precio irresistible de tu asesoría. Lo que estás logrando con lo anterior, es poner a prueba todo lo que has aprendido en un negocio que ya está funcionando y que es muy similar al que quieres crear, de manera que todo aprendizaje que obtengas de esta experiencia la podrás usar a tu favor para cuando decidas iniciar tu proyecto por tu cuenta.
Por ejemplo, si tienes un negocio de venta de ropa que te da buen dinero, pero al mismo tiempo no te motiva, ya que tu verdadero sueño es tener tu propia cafetería. Entonces busca cursos de personas que hayan creado sus propias cafeterías exitosas. Y una vez que hayas pulido tus conocimientos con estos cursos, acércate a dueños de cafeterías que estén luchando con problemas que tú ya has aprendido a resolver. Ofréceles tu asesoría mostrándoles un poco todo lo que ya sabes y una vez que empiezas a ayudarlos lograrás afinar tus conocimientos sin tener tu propia cafetería. Con el tiempo, estarás listo para dar el paso y crear la cafetería de tus sueños de forma eficiente.
En fin, si quieres disfrutar al máximo el emprendimiento, no se trata de crear negocios con la meta de hacer mucho dinero; porque eso lo lograrás independientemente del negocio si te enfocas en dar un servicio o producto de alta calidad junto a una estrategia de venta correcta. Por lo tanto, tu atención al inicio debe estar en buscar un negocio que te genere satisfacción con el simple hecho de operarlo, incluso cuando hay pocas ventas. Y si ya tienes un negocio, no te lances de lleno a la piscina con uno nuevo en busca de motivación, hazlo con estrategia, reduciendo al máximo el margen de error.
Un abrazo, nos vemos mañana.