Podrías dedicar todo un año exclusivamente a planear cómo será tu vida para los próximos 10 o 20 años, y aunque tuvieses escrito con puntos y comas tu plan, sería imposible que lograrás predecir exactamente donde estarás en el futuro.
Ya que no solo depende de tus acciones, gran parte dependerá de los cambios que ocurrirán en tu entorno. De hecho, si miras hacia atrás, hacia tu pasado, te darás cuenta de que hoy en día estás en una posición que muy difícilmente hubieses creído si te la contaba alguien en el pasado.
Para bien o para mal, tu actual presente, es ese futuro incierto que alguna vez en el pasado intentaste predecir. La buena noticia es que puedes seguir modificando tu vida a través de las acciones que decidas tomar hoy mismo.
Sin embargo, siempre existirá un componente aleatorio que irá determinando la ruta que seguirá tu vida. Ocurrirán situaciones que impulsarán tus metas más rápido de lo esperado y otras situaciones que más bien las retrasarán.
Mi punto aquí, es que debes tener fe en lo inesperado. Debes tener fe en todas esas cosas positivas que hoy en día no puedes ni siquiera visualizar porque no dependen de ti. Son eventos que se te presentarán cuando el momento sea el correcto y podrás tener la oportunidad de aprovecharlos al máximo o dejarlos pasar.
A nivel personal, a esto que llamo «lo inesperado» son todas las ocasiones en las que un cliente ha llegado a mí sin siquiera yo haber intentado buscarlo. O cuando una amistad me ha invitado a un proyecto del que no tenía noción alguna que se estaba desarrollando. E incluso cuando un problema que debía resolver se resuelve por sí solo debido a cuestiones del azar.
En fin, todos tendemos a querer planear nuestra vida y tener certeza sobre el rumbo que les estamos dando, sin embargo, olvidamos que gran parte de la ecuación está determinado por momentos aleatorios e inesperados que radicalmente definirán tu verdadero camino. No todos serán buenas situaciones, pero debes tener fe en que tarde o temprano ocurrirá el próximo gran evento positivo para tu vida.
De momento, sigue trabajando fielmente por tus sueños, agradeciendo que la vida es interesante gracias a lo difícil que es predecirla.
Un abrazo, nos vemos mañana.