Una de las cosas que he ido visto a través de los últimos años como emprendedor, es que poco a poco empiezas a tener éxitos que te permiten acceder a más oportunidades y comienzas a conocer personas con las cuales haces una muy buena química al punto de que te proponen realizar nuevos emprendimientos.
Sin embargo, en este proceso de elegir un proyecto, a veces los emprendedores tendemos a tomar decisiones con base en el entusiasmo que hay por el proyecto. Es aquí donde tenemos que tener presente que antes de elegirlo por ese entusiasmo de la otra persona, primero debemos enfocarnos de manera objetiva en cuáles son las verdaderas ventajas que hay detrás de ese proyecto.
Algunas preguntas clave que debes realizarte son: ¿Qué hace distinto a este posible emprendimiento de lo que ya hay en el mercado? ¿Qué lo hace rentable en el largo plazo? ¿Qué tan fácil es llevarlo a oídos de los clientes y que realmente le vean valor? ¿Cuán rápido se podría llevar a cabo una prueba piloto para probar si la idea es la correcta antes de invertir demasiado en el proyecto?
En fin, hay varios factores que tenemos que considerar y sobre todo tenemos que contemplar cuánta disciplina hay de parte de esta persona que nos propone el proyecto para llevarlo a cabo, incluso cuando las cosas comiencen a parecer difíciles.
Por ese motivo es que hoy en día he decidido dejar de continuar con varios proyectos que tenía en paralelo a mis negocios principales, ya que aunque se veían interesantes, se basaban más en entusiasmo que en un plan claro y estratégico. Me di cuenta de la importancia de tener foco exclusivamente en los proyectos que se alinean con mi propósito de vida. Y esta acción me ha permitido tener mejores resultados en mis proyectos actuales.
En fin, cuando eliges decir no a un proyecto también estás dando la oportunidad a que la otra persona se detenga a analizar si era la decisión correcta empezar ese nuevo emprendimiento o si solo era un «objeto brillante» que solo nos estaba tentando sin realmente alinearse a nuestras metas individuales.
Por lo tanto, antes de que vayas a empezar cualquier emprendimiento, haz un análisis de manera objetiva. Está muy bien el entusiasmo cuando quieres emprender, pero se acaba muy rápido, especialmente cuando no vemos resultados de inmediato. Y asegúrate de que la persona con la cual vas a trabajar demuestre tener la disciplina suficiente para llevar el proyecto adelante, incluso en los momentos de crisis.
Un abrazo, nos vemos mañana.