Ver los errores en los demás puede ser algo sencillo para la mayoría de personas, pero ¿qué tan fácil es para ti notar tus propios errores?
Probablemente, puedes ver los errores más evidentes en ti, cosas que incluso otras personas te han señalado en algún momento de tu vida. Pero hay aspectos que muy difícilmente notarás.
Es por eso que una forma de analizarte a ti mismo de manera más estratégica es prestar atención a cuáles afirmaciones y comentarios haces en tu día a día.
Por ejemplo, hace poco estaba conversando con un amigo y hablamos de un viaje que yo iba a realizar. Él me preguntó si era un viaje que hacía por vacaciones o por trabajo.
Mi respuesta inmediata fue que yo no visualizo irme de vacaciones en el corto o mediano plazo, porque en mi tiempo libre lo que realmente quiero hacer es mi trabajo, ya que me apasiona.
Sin embargo, esa misma tarde me puse a pensar en esa respuesta que di y comprendí que aunque fuese una afirmación que parecía clara y justificada de mi parte, había algo que no parecía ser correcto. Sentí que estaba pasando por alto una lección importante como el hecho de que tal vez no he encontrado un pasatiempo que me permita salir de mi trabajo, incluso si trabajar es mi pasión.
Esto mismo puede estar ocurriendo con afirmaciones que solemos decir con total convicción en diferentes conversaciones de nuestros días. Y si nos sentamos a analizar un poco sobre ello, podríamos detectar que tal vez necesitamos hacer un ajuste en nuestro pensamiento para encontrar la lección oculta.
Así que intenta prestar mucha atención a tu forma de hablar, porque incluso si convences a otros con tus argumentos, tal vez hay un error en lo que dices y cambiarlo puede significar un salto más hacia tu mejor versión como persona.
Un abrazo, nos vemos mañana.