Antes de cada viaje que vaya a realizar, suelo separar un momento clave para sentarme a hablar con mi papá sobre los detalles del viaje y sobre todo, las metas en las que estoy trabajando en mi vida.
Hago esto porque suelen ser viajes de más de un mes y la comunicación que tenemos virtualmente no se compara con la interacción que se logra de forma presencial. Así que intento aprovechar al máximo esa reunión previa a la salida de mi viaje, normalmente lo hago el día antes.
En ese espacio normalmente aprovecho para expresar mis ideas y planes por medio de recursos visuales como hojas o una pizarra, también esto es algo que mi papá suele hacer, así que es una manera de entendernos más fácilmente.
En fin, son reuniones muy significativas para mí y es común que el tiempo de la sesión se nos extienda a 3 horas. Y aunque pueda estar atrasando mis preparativos del viaje, tiendo siempre a extender la reunión, porque es un momento especial para realmente conectar con las metas de mi papá y que él pueda visualizar los objetivos por los cuales yo estoy luchando.
Lo mismo lo hago con las demás personas que son sumamente valiosas en mi vida, porque soy consiente de que este tipo de sesiones me permiten comprender mejor lo que viven y aspiran, más allá de las cosas que uno pueda captar en la interacción del día a día con ellos.
Por lo tanto, intenta en tu vida buscar este tipo de reuniones significativas con tus seres queridos, donde ambos se centren en empatizar sobre el futuro que intentan construir. Normalmente, no serán espacios de corta duración, pero es en estos casos que extender la reunión tiene un significado mucho mayor.
Hoy, específicamente, he finalizado mi día sabiendo que tuve un espacio de estos con mi padre y que pronto, cuando regrese del viaje, podremos retomar nuestro progreso de metas.
Gracias por leer, un abrazo, nos vemos mañana.