Si has tenido la oportunidad de trabajar en diferentes empresas, posiblemente habrás notado que en cada una existe un colaborador que es el corazón de la organización.
Básicamente, es la persona que anima a sus compañeros, se sabe el nombre de todos, siempre pregunta cómo se sienten y en resumen, es el colaborador al que todos quieren cerca.
Y cuando alguno de nosotros nos desahogamos con esta persona, le pasamos una gran carga emocional. En otras palabras, no solo nos motiva a diario, sino que está dispuesto a canalizar nuestra mala vibra.
La pregunta aquí es: ¿eres tú ese colaborador que hace la diferencia en la empresa, eres tú quien a diario elige tener una actitud positiva para elevar la energía de todos los demás sabiendo que gracias a ello el ambiente laboral será más enriquecedor?
Si la respuesta es no, analiza muy bien qué puedes hacer para convertirte en alguien que sume a tu entorno laboral. Ten presente que cambiando de trabajo no mejorarás tus condiciones laborales si tú sigues siendo parte de los que roban energía por mantener una mala actitud.
Se consiente de que eres capaz de influir en las actitudes de los demás compañeros, supervisores y jefes. No intentes huir de una empresa solo porque los demás parecen tener sus propias agendas o porque los jefes no te escuchan.
Antes de salir por la puerta trasera, decide ser la razón de un clima organizacional sano y hazlo a través del ejemplo, convirtiendo primero en ese colaborador que todos extrañan cuando falta un día al trabajo.
Un abrazo, nos vemos mañana.