Uno de los aprendizajes más recientes que tuve fue viendo una conferencia donde se abordó el tema de la percepción que tienen las personas sobre la vejez y la juventud, específicamente sobre el “culto” o “veneración” que se hace a la juventud haciéndonos pensar que entre más joven seas, mejor.
De la misma manera, se suele pensar que entre más joven es una persona, más creativa es y, por lo tanto, más posibilidades tiene de crear e innovar. Tanto es así que se suele poner de ejemplo a los niños como el momento de perfecto en la vida de cualquier persona para explorar por completo las capacidades creativas.
El problema con esta forma de ver la vida, es que evitará que de adulto te des la oportunidad de seguir explorando, experimentando y viviendo aventuras que enriquezcan tu crecimiento y desarrollo personal. Y sobre todo, previenen que sigas disfrutan y gozando tu diario vivir, ya que tú mismo te empiezas a poner barreras en forma de oraciones como «ya estoy viejo para eso» o «mi tiempo pasó».
Y es aquí donde debes ser consiente de que tu experiencia tiene un valor mucho más fuerte, la experiencia que has acumulado por situaciones familiares, retos de trabajo, proyectos propios, victorias y fracasos; en fin, todo ello te da una gran cantidad de información valiosísima para tomar los caminos correctos que tanto intentan encontrar los más jóvenes. Por lo tanto, tu experiencia es la que merece ser venerada; y la juventud es solo una etapa más de tu proceso hacia la sabiduría.
La conclusión con ello es que no pares de experimentar y aventurarte independientemente de tu edad. Ten presente que podrás descansar todo lo que quieras cuando llegue el momento de partir de este mundo, por ahora hazte el favor a ti mismo de ir tras todo eso que deseas en la vida antes de que realmente sea demasiado tarde. Recuerda que la creatividad no tiene edad, la creatividad no pertenece a la juventud, está al alcance de cualquiera que se atreva a soñar y creer en el potencial de sí mismo.
De todas formas, cada edad tiene sus pros y contras, y solo si la abrazas por como es, no por como otros la perciben o la catalogan, podrás crear las condiciones idóneas para ser feliz y sentirte orgulloso u orgullosa de la edad que hoy tienes.
Un fuerte abrazo, nos vemos mañana.