Cuando intentamos alcanzar alguna meta, ya sea vender un producto o servicio o lograr un trabajo en la empresa que nos inspira, solemos buscar la estrategia ideal para lograr ese objetivo. Y debido a nuestro deseo de encontrar el camino más eficiente, empezamos a centrarnos solo en los métodos que más auge tienen en el momento.
Por ejemplo, si tienes un emprendimiento y buscas vender más, lo primero en lo que empiezas a centrarte es en hacer Marketing Digital, porque es lo que más está en boca de todos y porque ha demostrado ser muy efectivo y rentable con otros negocios. El punto es que solo porque el marketing digital se vea como el camino más sexy, no significa que es la única forma de lograr tu objetivo; sí deberías usarla como estrategia, pero recuerda siempre preguntarte a ti mismo lo siguiente: “¿cuál es el verdadero resultado que necesito alcanzar?” Y una vez hecho esto, haz una lista de TODOS los posibles caminos para lograrlo, sin importar si algunos son menos actualizados que otros o menos rentables o eficientes, tu objetivo es listar TODO, y verás qué hay caminos que no has probado y que has subestimado.
Por ejemplo, volviendo al caso del negocio que busca vender y que se centró en marketing digital. Preguntemos cuántas veces le habrá recordado a sus amigos lo que vende, con cuántas Cámaras de Comercio habrá tenido contacto, qué estará haciendo para que los clientes que ya le han comprado lo recomienden con otros, cuántas empresas habrá visitado en persona para hacerlos sus clientes o aliados, ¿qué tan insistente será con cada potencial cliente, les habla 1 o 2 veces o insiste más de 12 veces? Todos estos métodos pueden no parecer tan “sexy” como el Marketing Digital, pero son estrategias que demuestran traer resultados de alto valor para los negocios, si se aplican con actitud y perseverancia; al final de cuántas es la forma como siempre se han hecho negocios antes de internet y si nos quedamos sin internet será la forma en como seguiremos haciendo negocios.
Vamos a un ejemplo de alguien que busca trabajo: ¿Qué es lo normal que hacemos? Enviamos nuestro curriculum a la empresa (con suerte lo pulimos bien en contenido y diseño) y luego si somos más hábiles optimizamos nuestras redes sociales anticipando que las verán. Sin embargo, qué pasaría si empiezas a hacer cosas distintas, diferentes métodos recordando que tu objetivo es OBTENER el trabajo, tu objetivo no es solo darte a conocer para la empresa. ¿Digamos que en este caso decides hacer un video tuyo hablando de por qué eres un candidato perfecto para el puesto que has aplicado y lo adjuntas con tu CV (crees que esto te diferenciará de los demás, tenlo por seguro que sí, especialmente porque la mayoría de personas teme a la cámara) o mejor aún, averiguas algún reto que esté viviendo la empresa e intentas resolverlo para llevarles en persona y por escrito una propuesta de solución paso a paso; acaso esto no demuestra mayor compromiso que enviar el CV? Ya la sabes la respuesta.
La conclusión con todo esto es: evita poner tu mirada exclusivamente en los métodos que usas, en especial si es lo que está de moda, porque luego terminarás trabajando para el método en lugar de centrar tu mirada en el resultado final. Entre más grabado tengas el resultado tangible que buscas alcanzar, mayor cantidad de métodos empezarás a aplicar para lograr tu objetivo. El éxito muchas veces se basa en cuanta hambre tienes por lograr el resultado y no en qué método utilices para lograrlo. Alimenta esa hambre y construye tu éxito con acciones; haz que las cosas sucedan.
Mil gracias por estar aquí, estoy preparando cosas muy valiosas para beneficio de ustedes y sus proyectos, así que nos vemos mañana, porque además les estaré pasando un mensaje importante 🙏