Desde que se inventó la televisión, este objeto comenzó a ser el centro de atención de las familias. Y específicamente se convirtió en el protagonista de los momentos de comida. Hoy en día ocurre lo mismo con la computadora y el celular.
Por ejemplo, ¿cuántas personas que conoces comen mientras ven la televisión, usan la computadora o ven el celular? Es más, ¿tú lo haces? La razón de por qué hago la pregunta es porque este hábito trae consigo varios resultados negativos; a continuación me centraré en 3 de ellos y seguidamente hablaré de los beneficios de eliminarlo.
En primer lugar, no das tiempo a tener consciencia real de la bendición que tienes por tener acceso a la comida; recuerda que agradecer por tus alimentos es un hábito muy valioso y sobre todo si el agradecimiento se traduce en estar concentrado en tu momento de comida. En segundo lugar, no das tiempo a procesar correctamente la comida, porque comes más rápido de lo debido; especialmente si hay acción o tensión en lo que estás mirando. Y en tercer lugar, no das tiempo a tu mente de descansar y esto evita que conecte tus pensamientos e inquietudes para llegar a soluciones; similar a lo que experimentas cuando estás bañándote o cuando viajas en autobús mirando por la ventana.
Eliminar este mal hábito no es tarea fácil, lo admito, ha sido un gran reto para mí. Pero poco a poco, al hacerlo, he ido notando sus grandes beneficios. He aprendido a ser más consciente de mi momento presente, lo cual a su vez baja la ansiedad y el estrés, dándote paz. Y he definido momentos específicos para disfrutar de la televisión de forma consiente y no en piloto automático; lo cual me permite sentir que me gané ese espacio, en lugar de usarlo como escape de forma constante.
Así que la próxima vez que vayas a comer tu desayuno, almuerzo, merienda o cena, date la oportunidad de “regresar en el tiempo” y disfrutar de ese espacio de comida con total desconexión tecnológica (sin televisión, sin computadora, sin teléfono; incluso tenlos lejos mientras comes). Date la oportunidad de tener una conversación amena y genuina con tu comida. Te aseguro que no solo te sabrá más rico, sino que empezarás a tener más claridad en tus pensamientos y con el tiempo cultivarás disciplina (la cual es clave para el resto de actividades en tu vida).
Un abrazo fuerte, espero estés teniendo un día de paz, nos vemos mañana.