Algunos dicen que nadie te debe nada y por ende no deberías esperar nada de nadie. De hecho hay personas que viven esperando a que otros hagan una movida, para ellos por fin darse la oportunidad de vivir y hacer lo que tanto desean.
Por ejemplo, esperan a que su jefe les dé una oportunidad antes de ellos abrirse camino en la empresa por su cuenta; o esperan a que su pareja les ofrezca ir de viaje para por fin visitar un lugar que anhelan conocer; o esperan a que sus hijos los llamen para saber más sobre sus vidas; o esperan a que sus amigos los inviten a una fiesta, para salir de casa. Y así se repite el escenario en múltiples situaciones que posiblemente tú ya has vivido.
Por lo tanto, cuando empiezas a darte cuenta de que el mundo sigue girando sin importar si actúas o no, empiezas a valorar cada segundo que pasa. En otras palabras, tú eres el que elige si disfrutar de cada momento que tienes o si dejarlo morir en la línea del tiempo.
Debo resaltar que algunas personas sienten que la razón de por qué no avanzan en ciertas áreas de sus vidas es por culpa de alguien. Incluso pueden llegar a pensar que si esa persona realmente fuese distinta, ellos serían libres. La realidad es que ya somos libres, siempre lo hemos sido, pero algunos eligen encadenarse a otros esperando a que sus acciones los liberen para por fin tener la excusa de experimentar lo que quieren.
Es triste pensar que los mayores sueños de las personas mueren por miedo e indecisión, en lugar de ser el resultado del fracaso obtenido por intentarlo. Así que la próxima vez que quieras elegir algo, ir a una fiesta, visitar un lugar, hacer alguna actividad, ver una película, comer algo, visitar a alguien, conversar con alguien, etc, decide hacerlo sin pensarlo y sin depender de lo que otra persona haga o diga.
A nivel personal, recuerdo que muchas veces estando en la universidad fui de esas personas que iban al cine solos. Como sabes, soy muy fan del cine, así que era inevitable para mí ir a toda costa cuando realmente me interesaba una película; y no quería depender de la disponibilidad de alguien más para cumplirlo, así que simplemente tomaba mis cosas y me iba al cine. Desde entonces empecé a sentirme cómodo haciendo actividades por mi cuenta, como viajar solo, disfrutar de una buena comida, caminar, e incluso emprender solo.
Sin embargo, cuando aprendes a ser tu mejor amigo y tu mayor motivador, realmente nunca estás solo. Y si crees en Dios, aún menos, de hecho disfrutarás de tener espacios de soledad para reflexionar sobre la vida y agradecer por todo lo que has vivido.
En conclusión, la vida está esperándote en cada momento que pasa, está esperando a que tomes la decisión de vivirla, en lugar de esperar a que alguien más actúe primero o que haga algo para permitírtelo. Recuerda que nadie te debe nada, así que no esperes nada de nadie y vive tu vida bajo tus propios términos. Lo mejor de ello, es que poco a poco aparecerán las personas con las que más disfrutarás compartir tus momentos más preciados.
Un abrazo, nos vemos mañana.